jueves, 19 de mayo de 2011

La Guerra Sucia contra el CDL

“Nada en este mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”
Martin Luther King

A estas alturas todos vamos teniendo claro lo que unos y otros ofrecen de cara al 22 de mayo. Comenzó la precampaña con propaganda negra, acto seguido vinieron las paellas de uno y otro lado, mítines, trípticos informativos, programas electorales, y ahora es el turno de la guerra sucia.

En esta materia queda evidenciado que hay partidos que dedican sus esfuerzos a insultar y a denunciar pero no a hablar de su programa electoral y sus proyectos de futuro con sentido. No habría nada que objetar a todo esto si el tema quedara ahí: que cada uno hable de lo que le dé la gana que ya vendrán los electores y decidirán si ese camino es el que quieren para el futuro de Benetússer. De hecho, no nos preocupan las mentiras ni los insultos de los panfletos descalificativos ni los comentarios indiscriminados que van soltando por ahí, ni el resto de elementos publicitarios de sus campañas, lo que queremos es que nos dejen en paz, nos respeten y se dediquen a trabajar en lo suyo. Pero el problema es otro y mucho más grave: se ha pasado de deformar y distorsionar la información que se debería transmitir en una campaña ética y limpia, a la reducción a una forma vulgar de exaltación del vandalismo.

Los vecinos de Benetússer no se merecen que se recurra a esta política panfletaria de reparto de fotocopias, de notas de prensa falsas, carteles pintados y vallas destrozadas, de la presión al ciudadano, y una serie de despropósitos innumerables en las redes sociales con el único fin de tergiversar y manipular las opiniones de la gente del pueblo respecto a la gestión municipal, a la deuda que este gobierno no ha podido contener, a la gente que pasa en estos momentos por una situación socioeconómica bastante aguda, a los recortes en personal y en servicios sociales anunciados por parte de la actual oposición; y por supuesto, para desacreditar la honorabilidad de nuestro candidato, José Enrique Aguar, a leguas el mejor candidato de todos los que ahora mismo hay en la palestra, (pese a quien pese y digan lo que digan) y que podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que nuestro municipio nunca ha estado mejor que en los años en los que él gobernó y que es el alcalde que ahora mismo necesita Benetússer.

Esta es una prueba de que algunos partidos han perdido el rumbo por completo pues no saben cómo disimular su pobre gestión en estos últimos años echando la culpa a los demás y llegando hasta el límite de poner en duda la honradez, el trabajo y la legitimidad como ex alcalde, ex diputado o concejal de Aguar, y de acusarle de tránsfuga, chaquetero, y mil cosas más… Esto es de risa y pena a la vez.

Campañas huérfanas de contenidos que valgan la pena y atiborradas de recursos marrulleros también carentes de autoría pero cumpliendo el objetivo del denuesto, la injuria y el vituperio. Entre sus resultados está desinformar a la población que se encuentra a favor de José Enrique Aguar y los métodos utilizados son el desprestigio, el sabotaje y la presión. Lo cierto es que la campaña para desprestigiarnos ha sido persistente y sistemática. Nos preguntamos cuántas de las mal llamadas “opiniones” que aparecerán a continuación de este escrito en el blog, muchas veces insultos más que cualquier cosa, provienen de personas expertas en esta tarea...

Una cosa es que una campaña utilice las debilidades del contrincante y las difunda por medio de marketing viral, lo cual es parte de una estrategia que para algunos puede resultar incómoda pero no es ilegal, y otra muy distinta es que se trate de difamar con mentiras al adversario o distorsionar el mensaje del “enemigo”, lo cual ya es propaganda negra, o peor aún, se incurra en delitos como destrozar la valla de nuestro candidato, lo cual ya entra en el terreno de la guerra sucia.

Hay candidatos y voceros de partidos políticos que tienen una capacidad creativa “ilimitada”…Sin duda alguna, unos queremos construir sobre la base de lo positivo y otros lo único que hacen es apelar a lo negativo, a la confrontación, a la pelea, al desgaste. Me imagino que ésta es la estrategia cuando no se tiene nada que ofrecer al interés general. En definitiva, se trata de una típica acción de distracción dirigida no tanto a influir sobre la razón como en las emociones, cuyo objetivo es ir generando un clima de desinformación y tensión que alimente la paranoia en la opinión pública.

Nuestra campaña en esta recta final, especialmente, se conduce con civilidad, respeto, propuestas, serenidad y tolerancia porque no vamos a pelear con nadie. Porque no necesitamos de ninguna guerra sucia para ganar las elecciones; estamos tranquilos, vamos bien y no le vamos a entrar a esa ruta de dimes y diretes ni mucho menos a “pagar con la misma moneda” pintando carteles, ni sacando pasquines, ni destrozando el mobiliario publicitario. Nosotros los militantes y simpatizantes del CDL en este proceso electoral estamos haciendo nuestro trabajo correctamente para ganar “limpiamente” las elecciones con propuestas, imaginación, responsabilidad y seriedad. Nuestra política es limpia y transparente.

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